martes, 8 de diciembre de 2009

JARABO

LOS HERMANOS FRESNOS

No sabéis cómo y cuánto me alegra publicar este artículo de mi querido ANTONIO MARTÍN JARABO. Lo llamo artículo porque la etiqueta de cuentos aún no está creada.

Esto me da pie a pediros vuestra colaboración. ¿Pensáis que sería bueno crear esta etiqueta? ¡Os atrevéis a escribir cuentos o a publicar los que, a buen seguro, tenéis escritos? ¡Animaos!

A ti, querido Antonio, sólo me queda agradecerte, de nuevo, tu inestimable aportación creativa. Por cierto, debo hacer una aclaración a la imagen que tengo de Antonio. No, no es un paquete de tabaco lo que tiene entre sus manos. Se trata de su inseparable cámara fotográfica digital. La cámara que le acompaña en sus viajes y salidas con la que inmortaliza imágenes como las que aparecen en sus dos artículos.



Los hermanos fresnos

La luz se fue haciendo en el claro del bosque y nuestras ramas se mecían con la suave brisa del amanecer, las gotas del rocío que durante la noche cubrían nuestras hojas ahora resbalan suavemente hacia nuestro tronco carcomido por los muchos años.
Estas gotas fortalecen nuestro débil cuerpo que apenas puede mantenerse, si no fuera por que nuestras raíces tratan de buscar el poco agua que nos alimenta, que por desgracia cada vez es más escasa, donde antes los acuíferos proporcionaban abundancia de humedad hoy ya no aportan ese bien necesario para nosotros.
¿Cómo te encuentras? le decía a mi hermano (es el mayor de los dos) mira hermano ya quizás cansado de vivir, pero mis ramas y mis hojas me piden que siga viviendo, ¿si no fuera por ellos? ¿Qué hacemos aquí? ya casi no damos sombra y nadie se para en nuestro camino a resguardarse del calor de este verano tórrido, puede que las próximas tormentas nos abatan con sus rayos al estar nuestros troncos casi secos.
Te acuerdas cuando éramos jóvenes, lucíamos nuestros robustos troncos, no tan altos como los de nuestros amigos los pinos, pero con nuestras ramas altas que subían hacia el cielo superábamos su altura. Sí le conteste, y cuando los pastores descansaban en nuestra sombra para comerse su frugal alimento (seguro pan y queso) mientras sus ovejas pastaban en los alrededores, era otra forma de vivir, sin prisas, sin agobios, las horas del día marcaban el quehacer.
Una vez por semana pasaba a nuestro lado la carreta que suministraba alimentos a la gente del palacio cercano, el carretero, quizás cansado del camino siempre descansaba con los pastores para refrescar su garganta con un largo trago de vino que los pastores le ofrecían, ¿Qué tal la Señora le preguntaban? bien les decía sigue como siempre muy amable con todos y cuando llegamos, es ella la que revisa la mercancía y nos hace el siguiente pedido para la próxima semana.
Nosotros que sombra les dábamos no podíamos intervenir en sus charlas pero sabíamos que muchos días al atardecer la Señora acompañada de dos de sus sirvientas paseaba por nuestro camino y sentada a nuestra sombra charlaba con ellas, mira Lucía le decía a una de ellas que bonito es el monte y estos dos hermosos fresnos que parecen gemelos y que tanta sombra nos dan, nosotros agradecidos por sus halagos movíamos suavemente las hojas para darla más frescor, la Señora parecía estar agradecida de nuestra sombra, pues siempre que se alejaba volvía a mirarnos desde lejos, quizás admirando nuestra hermosura.
¿Cuantos años han pasado?, la señora ya murió hace tiempo y el carretero también hace muchos años que no pasa por nuestro camino, y los pastores dejaron de traer su ovejas, seguro buscarían zonas más fértiles y ricas en alimentos.
Pero nosotros seguimos aquí, carcomidos nuestros troncos por el tiempo, manteniéndonos a duras penas para que las hojas de nuestras ramas sigan recogiendo el rocío de la noche para que alimente a nuestros pobres cuerpos, seguiremos aguantando acompañando al tiempo a pesar de nuestra vejez, queremos que al final de nuestra existencia seamos un recuerdo para los que hoy en su diario paseo ven nuestro troncos dolidos por el tiempo pero que hubo una época en que dimos sombra a la Señora.










4 comentarios:

  1. Muy buena imaginación, muy buena idea ilustrarlo con la imagen que te inspiró...

    Un beso. Paula

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  2. Hola Antonio.
    Me ha gustado mucho la refexión que has hecho de estos bonitos árboles,parece contener mucha nostalgia de tiempos pasados.
    Te mando un fuerte " ABRAZO "

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  3. Una idea al responsable del blog. ¿Por qué no recopilar los artículo en una publicación en soporte papel que llegue al resto de los mayores que no tiene acceso alas nuevas tecnologías?

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  4. Antonio, es muy gratificante ver que existen personas que se identifican con la Naturaleza.Gracias por compartirlo con nosotros.Manoli

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