miércoles, 1 de junio de 2011

ROSARIO GIL NAVARRO

Aquí os dejo esta reflexión de Charo Gil que, a buen seguro, a todos no afectan de alguna manera. Estoy de acuerdo contigo, querida Charo, familia y generaciones son valores que deberáimos, por qué no, mimar.



Mil gracias por tu colaboración.




Mi mejor ayuda

Aquélla tarde estaba trabajando con el ordenador, quería a toda costa sacar un ejercicio que me habían encargado en clase.


Cerca de mí, estaba mi nieto de 11 años jugando con una de éstas maquinitas modernas que les comen el “coco” a todos los chavales.


Cuando usas el ordenador, por lo menos a mí me pasa, hablo con él….. Pero… ¿qué sale aquí? Pero, ¡¡ que no busco eso!! Y esta ventana… ¡que no! En fin, un monólogo con mi propia maquinita… que a mí también me come el coco.



Mi nieto, debería estar harto de oírme tanta queja, que al fin preguntó qué me pasaba. Le conté mis penas “ordenadoras” no muy resuelta, y para mi sorpresa propuso ayudarme. Yo asentí, más convencida de que yo le ayudaba a él moralmente, no despreciando su ayuda, que la que él podría darme.


Una vez que le aclaré lo que quería hacer en el dichoso ordenador, mi nieto, muy seguro de sí mismo, empezó a teclear, y a explicarme lo que hacía, y… ¡he aquí! mi trabajo estaba en vías de estar terminado y bien hecho que es lo importante.


Cuando se finalizó la tarea, yo contenta por este motivo, y asombrada por el buen hacer de mi nieto que en un “pispas” logró lo que yo afanosamente no encontré en un buen rato. Empecé a besarle, elogiarle, hacerle cosquillas, todo esto con gran alegría y alboroto.



Sentí un acercamiento positivo, él contento por haberme ayudado y ver a su abuela que cantaba y bailaba como una mona, puesto que ya tenía hecho lo que debía entregar. Pero lo más bonito, para mí, fue que mi nieto lejos de pensar, que eso eran cosas de viejos, manías de mayores, tonterías de la abuela… en fin cosas negativas, él sintió ese compañerismo, esa camaradería, con lo cual acortamos distancias, lo que los abuelos buscamos, lo más bonito en las familias, las dos generaciones unidas en el mismo interés.


Las relaciones entre generaciones, deben ser trabajadas, potenciadas en el seno de la familia, por todos y cada uno de los miembros que la componen. Los mayores no debemos ser nunca como la pobre arpa de la poesía de Bécquer, apartada y olvidada en un rincón.



Esa tarde, como tantísimas otras, con mi nieto, me encontré feliz. Y… una sugerencia. No subestimemos la ayuda de los más jóvenes, suelen dar resultados más que satisfactorios para ambas partes.

1 comentario:

  1. Qué bonito todo lo que dices querida Charo, aunque por la fecha veo que te leo con un poco de retraso, da igual, la esencia no cambia.
    Yo estoy como loca por tener nietos, creo que voy a ser muy feliz dedicándome a ellos.
    Dediqué mi vida a mi marido, ya fallecido, y a mis hijos. Ahora quiero sentirme útil y querida por los nietos.
    Un abrazo

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