
Mil gracias por compartir con todos nosotros... tus letras.
Esperanza
Nunca he necesitado escribir algo con tanta vehemencia, admiración y cariño, como el tema que traigo a vuestro conocimiento.
Al fondo, se ve una gran cristalera. Es una sala semicircular donde sentadas en cómodos butacones, personas de diferentes edades, de complexiones distintas, donde las ideas políticas no cuentan, donde el denominador común de todas ellas es la esperanza. Esa esperanza “esperada” con una sonrisa, de una mejoría que día a día luchan por ella.
Nadie, que no sepa “qué se cuece” en esa sala diría que es una reunión de personas que están pasando juntas un rato agradable.
Pero… si te acercas a esa cristalera, observas que esas personas, llevan “vías” en los brazos, en el pecho, o en el sitio donde los médicos hayan creído necesario ponerlas, y caemos en la cuenta…es una sala de quimioterapia…
Y yo me pregunté ¿ Como con esa enfermedad, que hasta pronunciar su nombre, produce “yuyu” pueden estar en apariencia tranquilas, reír, hablar? Es tal la necesidad de su curación, que con su lucha, tesón y optimismo llegarán a superarla. ¡ Qué nivel de superación, de esperanza, de bien sufrir! ¡Qué lecciones de vida nos dan! Yo me he rendido a sus pies.
Si bien es verdad que esta enfermedad, detectada a tiempo, es curable en un alto porcentaje, no es menos verdad que su terapia requiere un temple fuerte para sobre llevarla.
Este es mi cariñoso recuerdo para aquéllas personas que están en esa etapa de su curación: Julio, Rosario, Miguel etc. Para todos un brindis deseándoos una total recuperación, y que nunca perdáis la alegría de vivir.
Un abrazo muy fuerte
Nunca he necesitado escribir algo con tanta vehemencia, admiración y cariño, como el tema que traigo a vuestro conocimiento.
Al fondo, se ve una gran cristalera. Es una sala semicircular donde sentadas en cómodos butacones, personas de diferentes edades, de complexiones distintas, donde las ideas políticas no cuentan, donde el denominador común de todas ellas es la esperanza. Esa esperanza “esperada” con una sonrisa, de una mejoría que día a día luchan por ella.
Nadie, que no sepa “qué se cuece” en esa sala diría que es una reunión de personas que están pasando juntas un rato agradable.
Pero… si te acercas a esa cristalera, observas que esas personas, llevan “vías” en los brazos, en el pecho, o en el sitio donde los médicos hayan creído necesario ponerlas, y caemos en la cuenta…es una sala de quimioterapia…
Y yo me pregunté ¿ Como con esa enfermedad, que hasta pronunciar su nombre, produce “yuyu” pueden estar en apariencia tranquilas, reír, hablar? Es tal la necesidad de su curación, que con su lucha, tesón y optimismo llegarán a superarla. ¡ Qué nivel de superación, de esperanza, de bien sufrir! ¡Qué lecciones de vida nos dan! Yo me he rendido a sus pies.
Si bien es verdad que esta enfermedad, detectada a tiempo, es curable en un alto porcentaje, no es menos verdad que su terapia requiere un temple fuerte para sobre llevarla.
Este es mi cariñoso recuerdo para aquéllas personas que están en esa etapa de su curación: Julio, Rosario, Miguel etc. Para todos un brindis deseándoos una total recuperación, y que nunca perdáis la alegría de vivir.
Un abrazo muy fuerte
Precioso, la esperanza es lo último que se pierde, dice el refrán. A veces creo que tenemos que vernos en la recta final para echar mano de ella, menos mal que siempre la encontramos, ¿que sería de nosotros sin ella.
ResponderEliminarAbrazos virtuales, Mamen
Tienes razón, Charo, es muy difícil comprender lo que se tiene que sentir en una situación así, porque ni los que están a su lado intentando compartir con ellos esos momentos,pueden llegar a hacerlo.Queremos ayudarles con todas nuestras fuerzas y resulta que son ellos los que nos dan lecciones de superación y bien VIVIR.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,amiga mía.Manoli