Sinceramente, nunca he sabido muy bien cómo se escribe la palabra gymcana. Lo más cierto es que el diccionario de la RAE no lo recoge. Al menos la vigésima primera edición que es la que manejo. El caso es que ya tenéis motivo para abrir un interesante debate sobre el uso o, mejor dicho, el mal uso del idioma español. Bueno al grano. Os presento una actividad a la que, por muchos motivos, le tengo mucho cariño. Si alguno estáis interesados en conocer algo más de estos sentimientos no tenéis más que preguntarme. No pretendo aburriros con mis batallas.
El caso es que un año más, y van cuatro, desde que arrancamos con más ilusión que precisión, podemos disfrutar de una mañana haciendo deporte de forma divertida. Todos los que habéis tenido ocasión de participar en ediciones anteriores sabéis muy bien lo que os digo.
El problema está en el número de participantes que pueden asistir. Como ya no tengo mano en el programa (como sabéis desde el pasado mes de julio ya no trabajamos allí) de dinamización del Ayuntamiento de Pozuelo no podremos ser más de quince, como mucho 20 participantes.
A pesar de todo es una experiencia muy interesante. 
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